29/2/16

Prueba: Citroën C4 Cactus 1.6 e-HDi-92 Feel Aut.

Te traigo la prueba de lo que una amiga mía llama "el coche de Lego", el Citroën C4 Cactus.


Por fuera
Tras unos cuantos años de modelos anodinos (salvo honrosas excepciones), parece que Citroën está volviendo a sus orígenes y nos ofrece este modelo que no se parece a ningún otro en el mercado y que no deja indiferente a nadie. Es una propuesta diferente de ofrecernos un SUV o crossover del segmento B (mide 4,14 m y emplea la plataforma del C3), ya que su línea básica no difiere demasiado de la de un turismo normalito, pero al ser más alto, con las barras de techo, los faros separados en tres (la "ceja" de ledes diurnos queda especialmente bien) y, sobre todo, con las protecciones plásticas frontales, laterales y traseras tan marcadas (lo que Citroën llama Airbumps), todo el mundo se queda mirándolo. Además, las posibles combinaciones de colores de carrocería y Airbumps ayudan todavía más a no pasar desapercibido si es lo que quieres. En el caso de la unidad probada, lo que llamaba todavía más la atención era la propia decoración del coche, ya que la carrocería era negra y los Airbumps también. Pero esos hexágonos amarillos...


Por dentro
Las innovaciones no acaban en el exterior, ya que Citroën también ha puesto toda su imaginación en el interior. Querían un coche diferente y "lógico"... y para mi gusto se han pasado un poco. A ver, la idea es la de hacer un coche útil y con todo lo necesario pero sin demasiados lujos que no añadan peso y así poder montar motores más pequeños y que consuman poco. De acuerdo con la idea, pero han prescindido de algunas cosas que no me parecen justificables. Vayamos por partes...


El salpicadero es correcto en cuanto a diseño, y los materiales son en algunos casos mejores de lo que me esperaba (la tapa de la enorme guantera frente al pasajero por ejemplo es blandita), aunque en las partes inferiores son duros y de peor calidad (y algunos ajustes, como la unión del tapizado del techo con la luna delantera, mejorables). La instrumentación clásica se sustituye por una pantalla digital que no incluye cuentarrevoluciones, ¿tan difícil era añadir un gráfico en dicha pantalla? Y la consola central queda presidida por una gran pantalla táctil que agrupa todas las funciones. Sí, todas, radio y climatización incluidas. Y sin ningún botón (los menús que hay a los lados también son táctiles, no botones físicos). ¿Que estás oyendo la radio y tienes calor? Buscas el botón del menú de la climatización, lo aprietas, lo vuelves a apretar porque a la primera no siempre funciona (al menos en la unidad que yo probé), y para subir o bajar la velocidad del ventilador tienes que arrastrar el dedo por la pantalla encima del dibujo del satélite virtual. ¡Y todo eso mientras conduces! Sé que con el tiempo se coge más práctica, pero aún así me parece mala solución suprimir los botones más utilizados. Y además la pantalla no se ve bien del todo si le da el sol, y alumbra demasiado por la noche aunque actives el modo nocturno. Total, que a la pantallita le doy un suspenso en toda regla. Los mandos del volante son fáciles de manejar (¡menos mal!) y tienen un tacto aceptable, justo lo contrario que las palancas de los intermitentes y limpiaparabrisas, de tacto algo tosco.


Toca sentarse delante. Según el modelo sea manual o automático, los asientos y la consola son diferentes. Si es automático como en este caso, los asientos delanteros quedan unidos por una pieza central con apoyabrazos que hacen la ilusión de formar una banqueta corrida. Y se pasaría sin problemas de una plaza a otra si no fuera por el freno de mano, ya que la palanca de cambios se sustituye por tres botones en la consola central. Pero bueno, nos sentamos, cerramos la puerta (usando el peculiar tirador) y utilizando las regulaciones encontramos sin muchos problemas una postura adecuada de conducción, a pesar de que el volante no se regule en profundidad (¿otro ahorro?). La visibilidad es buena en todas direcciones, nada que objetar. Y el asiento es enooorme y por mucho que haya engordado tu culo a base de polvorones navideños, entrarás sin problemas. Eso sí, todo lo que tiene de grande lo tiene de blando, y en los viajes cansa un poquito más que los asientos duritos alemanes, pero nada preocupante y que dependerá más del gusto particular de cada uno. Ah, el asiento del pasajero es igual... y sin asidero en el techo, ya que Citroën ha pensado que era el mejor sitio para colocar su airbag, aunque yo creo que caben ambas cosas... ¿otro ahorro?


Y ahora pasamos a los asientos traseros, que los forman una banqueta y respaldo abatibles de una pieza, y no por partes porque dicen que así pesa menos (¿otro ahorro?). El asiento es también cómodo y hay espacio de sobra para las rodillas y la cabeza (mido 1,77 m). Pero lo que no podré hacer es bajar la ventanilla si tengo calor, ya que sólo se abren tipo compás... ¿otro ahorro? Y menos mal que la unidad probada no llevaba el techo panorámico, ya que no lleva cortinilla. Que sí, señores de Citroën, que el cristal puede ser todo lo anti-rayos uva que ustedes digan, pero esto es España y en verano pega el sol que da gusto. ¡Parece mentira que se fabrique en exclusiva en Villaverde! Desde hace poco han creado como accesorio un parasol como los de la luna trasera para tapar el techo, pero no es lo mismo... Pero quedémonos con lo bueno, que es el buen espacio interior. Y al pasar al maletero, vemos que también está muy bien y cabe una buena cantidad de equipaje sin problemas.


En marcha
Una vez visto y toqueteado el coche, nos ponemos en marcha. ¡En qué momento! Y es que ahí es cuando descubrimos lo peor de este coche: su cambio de marchas pilotado ETG (no es un cambio automático tradicional sino un manual pilotado). Porque de motor va bien, no es un prodigio de bajos, pero es más que suficiente. Tanto en ciudad como en carretera o autopista tiene fuerza suficiente para mover al conjunto (menos mal que tanto ahorro ha servido de algo), y si pisas el acelerador con decisión, el coche responde bien (para su potencia, claro está). Pero no puedo recomendar a nadie que se compre esta versión sin haberla sufrido probado antes. En serio, ¿este cambio en qué está pensando? Al maniobrar da tirones, en marcha hace los cambios cuando le parece... intentando acelerar fuerte en una incorporación no aguanta la marcha y cambia a la superior dejándote "con el culo al aire" y sin potencia, circulando normal y presionando un pelín el acelerador reduce sin motivo cuando el motor tendría fuerza suficiente para no hacerlo, en ciudad se pasa todo el rato cambiando de marcha... Un horror, vamos. Al menos el sistema Stop/Start funciona de maravilla, creo que es el mejor que he probado hasta ahora.


De comportamiento también va bien. Las suspensiones son blandas para favorecer el confort, pero el que se compra un B-SUV de 92 CV tampoco creo que se vaya a ir de curvas todos los domingos, así que para el tipo de cliente al que va dirigido me parece una elección correcta. El coche va por donde se le pide, aunque dichas suspensiones y el perfil de los neumáticos hacen que subvire si le pedimos un poco más de lo habitual. Pero no es su objetivo. Y de los frenos no tengo ninguna queja, se dosifican bien y el coche frena bien.


Equipamiento y precio
La versión probada ya no se vende, ya que el motor de 92 CV ha sido sustituido por una versión de 100 CV, así que lo más parecido sería un C4 Cactus 1.6 BlueHDi-100 S&S ETG6 Feel (con una caja pilotada que dicen que es completamente nueva, menos mal) que está a la venta por 19900 €.
Como elementos más importantes incluye aire acondicionado, barras de techo negras, controles de estabilidad y tracción, luces diurnas de led, regulador y limitador de velocidad, radio MP3 con 4 altavoces y volante de cuero.
Para que quede como la unidad probada, habría que añadir la pintura metalizada por 400 € y los faros antiniebla delanteros por 150 € (es curioso porque en la web de Citroën, si pinchas en los precios, te aparecen todas las opciones, pero entrando en el configurador hay muchas menos y los faros antiniebla delanteros sólo aparecen en un pack que incluye además llantas de aleación negras, climatizador automático y sensores de lluvia y luces por 900 €). Total, que sin descuentos nos vamos a 20300 €. Menos mal que ya es habitual en la marca que el precio a pie de concesionario sea bastante más contenido, porque de no ser así se me antoja un poco elevado.


Conclusión
La original propuesta de Citroën para los crossover urbanos me ha dejado sentimientos enfrentados. Bueno, tengo una cosa clara: no me lo compraría jamás con este cambio pilotado. Salvo eso, el resto del coche tiene luces y sombras, y es que el ahorro de costes peso ha suprimido algunas cosas de más para mi gusto, junto a una pantalla central que no siempre responde a la primera y que distrae de la carretera. Pero también es un coche amplio, cómodo y diferente. Si lo consigues a buen precio en el concesionario, cumple con tus necesidades, puedes vivir con sus fallos y te gusta, a por él. Eso sí, por favor, prueba el cambio pilotado antes de comprarlo, ¡me agradecerás el consejo!


  • A favor: estética diferente, funcionamiento del sistema Stop/Start, habitabilidad.
  • En contra: funcionamiento de la caja manual pilotada, detalles de equipamiento básicos, funcionamiento de la pantalla central, tacto de algunos mandos.


El resto de las fotos, aquí.

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